Casi 17 mil personas hasta ahora se consideran desaparecidas, despues del terremoto y tsunami ocurridos en Japón, y los rescatadores continúan buscándolos. Los rescatadores japoneses los buscan con ayuda de casi 20 radares de rescate desarrollados y fabricados en la ciudad de Nizhniy Nóvgorod (Rusia) por la empresa del ingeniero ruso, Gayrat Ikramov, que vive yá en Japón 20 años.
foto: Gayrat Ikramov |
"Me sorprendió la educación y la tranquilidad de los japoneses"
"Yo justamente estaba sentado en la oficina de mis socios en un suburbio de Tokio, cuando ocurrió la primera sacudida del terremoto", - recuerda los sucesos de aquel viernes fatídico, Gayrat Ikramov, propietario y director de la empresa "Life sensor Co., Ltd.".
Sus socios diseñan edificios desde el punto de vista de estabilidad sísmica, por eso, cuando ellos salieron de prisa del edificio, Gayrat se dió cuenta de que la situación era grave.
Gayrat sobre todo se recuerda de tres personas gordas sujetas de un árbol grueso de dos brazadas de
longitud que se mecían como espigas en el aire. "En aquella región el terremoto fue de 5 grados, por eso yó incluso no me lo podía imaginar lo que sucedía en el epicentro",-señaló el ruso.El retorno a casa, que se encuentra en el centro de Tokio, a causa del colapso del tráfico, Gairat lo hizo en ocho horas. Los trenes solo se detenían unos instantes y por eso es que el decidió viajar en autobús, que hasta el paradero de destino demoró tres horas y media en lugar de una hora habitual. "Lo que me llamó la atención fue la amabilidad y la tranquilidad de los japoneses. Nada de gritos ni escándalos, recuerda Ikramov. El autobús estaba lleno, y a pesar de que yá nadie podía subir, el conductor de todos modos se detenía en cada paradero del trayecto, y pedía disculpas a aquellos que esperaban el autobús, y siguió adelante". Lo que vio en el centro de la capital japonesa, le impresionó nuevamente: los trabajadores de "cuello blanco" en forma ordenada, sin pánico ni escándalos, retornaban a pié, a sus casas de los distritos de la ciudad, a pesar de que las casas de muchos de ellos se encontraban a 20 o 30 kilómetros.
Es posible que esto se deba a las reticencias naturales de esta nación, y además por el hecho de que aquí los seísmos ocurren a menudo y porque las personas locales ya estan acostumbradas a él.
Además, a los japoneses se les enseña desde la infancia el comportamiento durante la ocurrencia de semejantes desastres. "Cada alumno, incluido mi hijo Rion de 10 años de edad, tiene un paquete especial de rescate y un casco. Ellos saben que es necesario salir de inmediato a las calle o meterse por debajo del pupitre - para proteger la cabeza de los golpes".
Bajo los escombros de edificios de madera
La tragedia ocurrida nuevamente le demostró a Ikramov la correctitud de la estrategia de negocio que eligió.
En 2002, Ikramov fundó su empresa "Life sensor Co., Ltd." de fabricación de sensores, que mediante las ondas de radio determina la presencia de un ser humano vivo, y del aparato correspondiente. "Por ejemplo, estos sensores se pueden colocar en los acondicionadores de aire, iluminación y sistemas de calefacción - estos se conectan automáticamente cuando la persona entra a la habitación, y se desconectan cuando no está ocupada", - explica Ikramov, que se graduó en la Universidad Estatal de Moscú y que ahora reside en Japón desde 1991.
De lo que más se enorgullece él, es de su aparato "Rescue Radar" - el radar que envía ondas de radio, que, a su vez, captan cualquier movimiento - por ejemplo, el movimiento de una persona o, simplemente, las fluctuaciones del toráx al respirar.
foto: Gayrat Ikramov |
Además, con la frecuencia de estas oscilaciones, el radar puede sacar conclusiones sobre el estado de la persona. Y, por supuesto, el radar de forma muy precisa determina la ubicación de la persona bajo los escombros de edificios de madera - es decir que sirve para buscar víctimas de terremotos y mineros durante derrumbamientos de tierra, o a esquiadores que se encuentren por debajo de avalanchas de nieve.
"En las regiones destruidas hay muchas casas privadas de madera, el aparato a través de la corteza del árbol "ve" a una persona aproximádamente desde 10 metros", - afirma Ikramov.
Pero si el árbol está mojado, el radio de acción se reduce notablemente, reconoce él. Durante la prueba en un polígono especial de salvamentos que se encuentra a las afueras de Pekín, el radar, desde la altura de 3 plantas era capaz de localizar a un hombre que yacía entre los escombros de la primera planta.
El rango de detección y búsqueda es mucho menor en tierra húmeda - por ejemplo, durante derrumbes de minas. Y en sí, las ondas de radio no pueden pasar a través del agua, pero esto es ya cuestión de física pura.
Los radares no se venden en el país natal
Al mercado japones, Ikramov se introdujo hace 5 años atrás. Por su puesto que análogos en el mercado siempre hubieron , pero como afirma el ingeniero ruso, su creación es "más liviano, barato, y más estable a los ruidos (interferencias) y más fácil de utilizar" - para aprender a emplearlo, al rescatador le será suficiente 10 minutos de instrucciones. El precio de este aparato es de varias decenas de miles de dólares - sus análogos al momento de lanzarse al mercado "Rescue Radar" costaban 100 000 mil dólares.
Lo más impresionante es que "Rescue Radar" - no sólo es desarrollo de ingenieros rusos, si no que además se fabrica en Rusia: "Life sensor Co., Ltd." tiene su taller de fabricación en Nizhniy Nóvgorod donde trabajan cerca de 30 personas. Es suficiente tener en cuenta que Japón es el reino de la electrónica, para valorar el éxito de Ikramov y de sus colegas.
Tal como dice Ikramov, su empresa ya conquistó más de la mitad del mercado japonés, y despues del terremoto ocurrido en la provincia de Sychuán en 2008, se interesaron tambíén los chinos. Por ejemplo, en febrero de este año, los salvadores japoneses buscaron a los desaparecidos con ayuda de estos radares en Nueva Zelandia. Es decir que gradualmente sus radares se vuelven populares en todo el territorio del sureste de Asia.
En el mercado tambíén se encuentran, los competidores americanos serios, cuyas ventajas son por ejemplo, el enlace inalámbrico entre el radar y el ordenador. Pero eso sí, el radar ruso es mucho más liviano - 6 kilogramos en lugar de 10 kilogramos.
En tan solo 5 años, Ikramov logró vender cerca de 50 radares, y ahora por los montones de escombros de Japón, se utilizan simultáneamente cerca de 20 radares "Rescue Radar". Pero, el resentido Ikramov, hasta ahora ni un sólo radar no ha logrado vender al Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia.
foto: Gayrat Ikramov |
"En 2009 nosotros incluso recibimos del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, la medalla de oro en la exposición "Seguridad Total", confiamos que nuestros rescatadores se interesarian en nuestros radares, pero hasta el momento no han recurrido a nosotros", - afirma Ikramov. En marzo de este año, él espera realizar pruebas con el personal del departamento de seguridad del ministro, Sergei Shoygú, en el polígono del suburbio moscovita de Nogínsk.
Mientras que con los constructores japoneses, en cuya oficina Ikramov sobrevivió el terremoto, él confía cooperar por mucho tiempo. "Nosotros conjuntamente sobrevivímos la tragedia, y ésta, por su puesto que nos ha aproximado", - concluyó El ingeniero Ikramov.
(fuente: RIA Novosti (traducción del Ruso))
No hay comentarios:
Publicar un comentario